La poesía al fresco: Alaridos de un taciturno urbano
Espacio y tiempo cibernético dedicado a la poesía. Todas las líneas y los versos expuestos son responsabilidad de Pedro Luna Monroy, noctámbulo melancólico,melómano,fumador empedernido, amante de las manchas de óleo y del olor de los libros viejos. Les doy la bienvenida a éste su espacio, les presento mi poesía de tinte multicolor, alaridos de un taciturno urbano.
viernes, 21 de agosto de 2015
lunes, 10 de febrero de 2014
viernes, 20 de septiembre de 2013
LA LUNA DE MIL COLORES
por Pedro Luna M.
Debajo de la luna de mil colores
Aparecieron mil ruiseñores,
Todos cantando la misma canción.
Debajo de la luna de mil colores
Aparecieron diez mil sabores,
Que solazaron un corazón.
Debajo de la luna de mil colores
Resucitaron un millón de flores,
Todas pintando paisajes multicolor.
Debajo de la luna de mil colores
Nacerán siempre un mil pasiones,
Que terminarán con la luz del Sol.
ESCRIBIR...
por Pedro Luna Monroy
Siempre es bueno escribir algo; puede ser en nuestra mesa de estudio o después de comer; escribir a solas o en compañía. Cualquier momento es idóneo para la escritura. Cualquier instante, en cualquier tiempo, la escritura eleva el alma.
Ya sea con el lucero del amanecer o acompañado de la luna llena, la escritura es un manjar que se puede degustar a cualquier hora del día. Puede acompañarse con mil y un cosas; con café, té, vino, con un pastel, con un beso, con el tenue canto de los grillos; con el susurrar del viento helado que se impacta con su tersura invisible sobre nuestros rostros; también con el crujir de las hojas de otoño que yacen inertes tapizando el suelo firme, coloreando el paisaje de una multitud inefable de matices.
Todas las tardes pueden ser motivo de inspiración para tomar una pluma y dejarse llevar por el placer de deslizar la tintura en el papel. No se necesitan fulgurantes atmósferas doradas, empapadas de un rojo numénico, con nubes aterciopeladas que parecieran de azúcar; también las tardes grises, que más bien son plateadas, son formidables para solazarse escribiendo. Cualquier lugar, es motivo para escribir.
Antes o después de hacer el amor es recomendable practicar la escritura. Si no se tiene al ser amado con mayor razón, ya que la soledad se nos presenta siempre como un arma de doble filo, puede impulsarnos al reencuentro con nosotros mismos o nos puede perder en un hondísimo abismo, donde imperan las reinas más horríficas y espantosas: Tristeza y Nostalgia. La escritura tiene el poder de mitigar la existencia de este par de viejas feas, pero también puede otorgarles gran poder y dominio sobre nosotros.
Cuando el fin es clarificar alguna idea nebulosa, escribir es gran paliativo. Escribiendo, el hombre entra en diálogo consigo mismo y se refleja en el espejo de su pensamiento, en ese vaivén, el ser del hombre se muestra y su propio reflejo se manifiesta, dejándose ver entre las líneas que se deslizan en el papel.
Cuando el hombre escribe, es inevitable la querella que lleva a cabo consigo mismo. Se desencadena una batalla en la que el único testigo, es a la vez el contendiente que se bate furioso en el campo de batalla. Existen ocasiones en las cuales la afrenta es dolorosa y lacerante, pero existen otras más, sumamente deleitosas y plácidas, en las que la escritura se convierte en un acto sublime, que se asemeja al punto que separa y une al mismo tiempo el cielo del mar. La escritura es el punto de encuentro del hombre con sus demonios.
jueves, 19 de septiembre de 2013
JAZZ
Por Pedro Luna M.
Me gusta escribir mis versos,
Al calor de las notas de jazz;
Sentir sus colores diversos
Acompañados por el compás.
Charlie Parker, mi preferido;
Jhon Coltrane, virtuoso audaz,
Con Stan Getz estoy perdido
¡Sólo quiero escuchar jazz!
Con movimietos tersos,
Con “Perdido” escribo versos,
Que se deslizan en el humo
De la marihuana que fumo,
Escuchando me consumo
Perdido por el “sax” tenor
De Charlie Parker, el mejor,
Y un colocón de “guarumo”.
La noche negra se impone,
El jazz aligera mi frío,
Fumo más y más me “pone”
Y con mirada perdida río.
jueves, 4 de julio de 2013
ENSUEÑOS
La noche se encuentra
pletórica de matices azul-nocturnos. Una balada de John Coltrane se
deja oír a lo lejos; la música viene de un sótano de noctámbulos,
donde un escritor se encuentra cada noche con sus demonios y su
soledad. Escribe unos cuantos versos; buscando siempre crear imágenes
de ensueño y fantasía, para esbozar la vida en reflejos con alas.
Son las tres de la madrugada y la atmósfera está empapada por la
cotidianidad de la lluvia ácida. Los sueños de los durmientes
urbanos se escapan, entrelazándose entre sí. Los sueños someten el
entorno bajo su influjo embelezador y taciturno. Los sueños abrazan
la atmósfera y comienzan a inundar el mundo con situaciones oníricas
que se dejan palpar con la vista anonadada. El escritor no puede
creer lo que está viendo ¿Cómo? ¿Acaso los sueños no son tan
sólo fantasías jugetonas, aque bailan y habitan gustosas el terreno
de la mentira? ¡Quizás estoy delirando! Quizás tantos porros de
marihuana han comenzado a estropear mi percepción de la realidad!
¡Si, eso es! Estoy delirando y necesito dormir un poco. Haré caso
omiso de lo que veo y me dirigiré a mi lecho. No importa que las
sillas tengan cara de buitres y canten epopeyas. No importa que las
horas caminen a mi lado, susurrándome cosas que no entiendo pero que
puedo tocar. No importa que los gatos vuelen sobre mi cabeza
hablándome en verso, mientras fuman sus pipas cargadas de hachís.
No importa que me encuentre volando en un sombrero que está pronto a
estrellarse con al Luna llena. No importa que pueda mirar mi cuerpo
inerte, maltrecho y desfigurado por el incidente, desde acá arriba,
donde puedo conteplar el mundo y la vida con mis propias alas.
Pedro Luna M. 5 de Julio
del 2013
martes, 11 de junio de 2013
CARNE Y HUESO
Por Pedro Luna M.
Calaveras en
constante movimiento
Desilusionadas,
Siguen el compás del
nebuloso tiempo
Con esperanzas
atadas.
Calaveras en continuo
movimiento
Tristes viandantes
cabizbajas,
Nacen y mueren en la
noche eterna
En medio de sueños y
dulces quimeras
Pletóricas de sangre
y hueso: pasajeras.
Calaveras que viven
en existencia callada
Con ojos cubiertos y
boca cerrada,
Desesperadas,
Ebrias de sueño,
Ebrias de nada,
Ebrias de hambre
Ebrias de vida
atormentada.
Calaveras que se
esfuman con el viento,
Cadáveres vivos que
mueren con calma,
Rostros sombríos que
sonríen sin alma
Mirando perplejos que
la vida pasa,
Soportando la única
y verdadera suerte
¡Que no hay más
sino la negra muerte!
Soportando nuestra
única y verdadera suerte,
Espero que mis
palabras las escuches
Aún cuando yo, ya no
pueda verte.
Imagen: "La muerte sobre el valle" de Froylan Ruíz
miércoles, 29 de mayo de 2013
RELATO ERÓTICO URBANO
Había una
vez una noche templada, clara y afrodisiacamente estrellada. El ambiente cálido
de la ciudad cansada, se colaba por la ventana de la habitación de un
departamento de interés social (de esos que contruyeron en los 70´s, antes de
que fueran de tabla roca y cartulina como los de ahora); el aire inquieto y
fresco sonaba afuera en su andar nocturno y vagabundo, mientras el computador
que ahí habitaba emitía eróticos sonidos cibernéticos como un lujurioso semidesquiciado
hablando solo.
El cuerpo semidesnudo de una mujer joven de piel dorada yacía tendido en la cama, extrañamente inquieto, hermosamente deseoso de que el insomnio provocado por la seducción de la cálida y afrodisiaca noche, se concilie en un rico sueño con su sueño; después de una bien merecida autoexploración desesperada. Desesperada y lenta. Sumamente lenta. Un roce milimétrico entre los delicados dedos de sus tan reales manos mudas y los poros de su excitada piel.
La semidesnudes de aquél cuerpo, radica en unas lindas piernas al descubierto, el calzón predilecto de encaje negro, impregnado del fresco aroma de su existencia: una mezcla de exóticos frutos cítricos, sangre y vida. El ligero blusón corto, liso y blanco para dormir; que resguarda sus senos prodigiosos, libres del sostén subyugador de la sociedad, se ve afectado por la excitación de aquellas fuentes de poder sensual que endurecen de placer sus ricos pezones de miel.
El cuerpo semidesnudo de una mujer joven de piel dorada yacía tendido en la cama, extrañamente inquieto, hermosamente deseoso de que el insomnio provocado por la seducción de la cálida y afrodisiaca noche, se concilie en un rico sueño con su sueño; después de una bien merecida autoexploración desesperada. Desesperada y lenta. Sumamente lenta. Un roce milimétrico entre los delicados dedos de sus tan reales manos mudas y los poros de su excitada piel.
La semidesnudes de aquél cuerpo, radica en unas lindas piernas al descubierto, el calzón predilecto de encaje negro, impregnado del fresco aroma de su existencia: una mezcla de exóticos frutos cítricos, sangre y vida. El ligero blusón corto, liso y blanco para dormir; que resguarda sus senos prodigiosos, libres del sostén subyugador de la sociedad, se ve afectado por la excitación de aquellas fuentes de poder sensual que endurecen de placer sus ricos pezones de miel.
Sus ojos,
brillan como estrellas que se multiplican cada vez que se cierran para gozar
más de las micrométricas descargas de placer eléctrico del que aquél hermoso
cuerpo es víctima y victimario.
Sus dedos
han encontrado el hogar perfecto, el lugar más íntimo de aquél jardín. El más
cálido, el más limpio; el lugar en dónde al agua vital corre entre sus piernas
como reacción al trabajo que sus mudos dedos realizan sobre su tierra fértil.
Agua del río de la vida y el goce.
El sensual
cuerpo entero de la linda joven de piel dorada se estremece, se retuerce,
resplandece de goce y sudor, de muerte y vida. La cama se agita. Un quejido
tímido y agudo, otro más tímido, casi ahogado, y otro más escándaloso. Su
espalda se arquea hasta casi quebrarse, sus ojos no lo pueden creer,
desfallecen, sufren el placer extremo de la energía sexual que corre por su
vientre...
(Morfeo se
acerca y el narrador se calla. El cuerpo escribirá el final del cuento en el
acto mismo de explotar de placer y reincorporarse a la realidad de un rico
sueño).
LA LLAMA DE EROS
por Pedro Luna M.
Plácida llama,
disuelve todo y uno.
Parecida al eco que
dejan los pasos.
Imposible de hallar
en lugar alguno.
Diferente es aquello
de besos y abrazos.
Con hilos de oro se
entretejen sus lazos.
Rutilante llama que
ciega la mente.
Igual que los besos
¡La llama se siente!
Pues es tan real como
del pintor sus trazos.
sábado, 27 de abril de 2013
DE LA INSPIRACIÓN AL CANTO
Por Pedro Luna Monroy
I
¡Oh dulce musa de
la bella voz,
Magna protectora de
la elocuencia,
Esclavo quiero ser
de tu poder atroz,
Del cual quiero
tener experiencia!
A Calíope dedico
los primeros versos
De éste poema,
dificultosa travesía;
Pues mortal soy y
sólo no puedo,
Con labios mortales
hablar de poesía.
¡Le ofrendo mi voz, le
ofrendo mi boca!
Para
que los moje con numénica miel.
Debo
admitirlo, mi angustia no es poca,
Quiero
cantar palabrillas de oro,
Hablar
bellamente y sin tanto decoro,
Y
quizás de mi boca sólo emane hiel.
II
A
los oídos que escucharme quisieran,
Sólo
quiero regalarles las flores
De
tiernos pétalos y suaves colores,
Que
de mi boca emanar pudieran.
En ningún momento pretendo
Vanagloriarme de esta sinfonía,
Que quede bien claro, no es mía.
Ahora veo, ahora entiendo,
Que
cual tañedor con su lira,
Va la
musa tañendo
Lo
que al poeta le inspira.
III
La musa con mi mortal voz, canta;
Con
mi mano diestra escribe lo que escribo,
Mientras
su fuego me embelesa, vivo.
Con
estos versos quiero cantar
El
dulce canto de la musa majestuosa,
Que
ya con gusto degusto en mi paladar.
Trataré de esbozar
En
unos versos y unas estrofas,
La
experiencia del poeta
Que
va de la inspiración al canto.
Espero
acabar mi empresa
Sin
sufrir ningún quebranto.
Con
conciencia clara de lo que pudiera decir,
Más
que definir cosas las quisiera hacer sentir
¡Hacer
que vivan las letras!
Que
las palabras encarnen,
Que
las palabras se vuelvan piel,
.
Huesos y sangre.
Que se conviertan en
música
De
claras notas inefables,
Y que
acompañen al viento
Al
ritmo de las horas danzantes.
Cuando
el poeta se inspira
Poco
importan tiempo y lugar,
Y
así, el mundo que gira
Se
detiene ante su mirar.
IV
En
soledad la poesía nace
De un
sentimiento interior
Que
en comunión con el mundo se hace.
Y en un acto posterior
Que
requiere cierta destreza,
La
poesía vivamente
Se
vuelve materia;
Pintura,
Ondas
sonoras,
Fonemas,
Recordemos
hermanos míos,
La
poesía no es el poema.
La
vida y el mundo son claroscuros
De
innumerables matices,
Que
ante el ciego insensible
Siempre
se muestran grises.
En
los libros hay poesía,
En la
música y en los cuadros,
En
grisáceos paisajes
Y en
los verdosos prados.
En
los momentos paupérrimos
Y en
los instantes de valía,
Toda
la vida y el mundo,
Son
temas para hacer poesía.
lunes, 22 de abril de 2013
TINTURAMUNDOS II
por Pedro Luna M.
Buques cargados
con letras,
Revolotean con
alas sin tiempo;
Ideas de tinta
en un mar de pensamiento,
Que giran en el
vaivén de un remolino eterno.
Vida y muerte de
cartón,
Experiencia que
canta cerca, desde lejos.
Canciones de
vida congelada,
En continuo
movimiento.
Ocio y negocio
de papel,
Tiempo y dinero.
Buques cargados
con letras,
Mundos que
revolotean sin tiempo
Con alas de
papel y tinta negra;
Nos cantan con
labios de vida
¡Tengamos oídos
atentos!
viernes, 19 de abril de 2013
IMÁGENES
I
Sombras pintadas de azul
Aparecieron en mi ventana,
Con luz de noche temprana
Y tiernos fantasmas de abedul.
Un cárdeno enano triste
Danzó con pies de ladrillo
El baile de la luna sin brillo.
III
Un gato negro sin piel,
De huesos negros, sin ojos,
Hizo estruendoso maullido;
Cuando un vagabundo perdido
Moría por beber su hiel.
Los perros del hambre eterna
Con un acento habitual,
Mostraban a todos su mal
Ladrando su hambriento llanto.
Los niños de sucio manto
De eternos ojos perdidos,
Balbuceaban con hoscos ruidos
Y callejeros quebrantos,
A la ciudad sin oídos
martes, 16 de abril de 2013
LA PALABRA HABLADA
por Pedro Luna Monroy
El
hombre está entre la vida y la muerte,
Es
un caminante en compañía y soledad,
Vaga
entre el ruido y el silencio
En
un efímero y mortal andar.
Entre
dos universos va caminando el hombre,
Uno
nace y muere dentro de él:
Minúsculo
universo con humanos pies.
El
otro universo es foráneo, aquél
Universo
es independiente de
Los
hombrecillos de mortales pies.
Luz
y obscuridad,
El
hombre es claroscuro,
Refulgencia
y sombra de innumerables matices.
En
su andar, en isocrónico movimiento,
En
medio de dos universos va fungiendo
Como
el centro donde convergen
Dos
torrentes:
El
espacio y el tiempo.
Para
caminar entre dos universos
Y
estrepitosos áureos torrentes,
El
hombre tendió un lazo dorado
Y
fuentes divinas de barniz nacarado,
Por
don divino del omnipotente.
Un
lazo dorado es la palabra…
martes, 9 de abril de 2013
BUSCANDO ROSAS DE CRISTAL...
Buscando rosas
de cristal
Arrojo mi canto
al viento,
Para que cante
con el tiempo
La brevedad de
mi ser mortal.
Las alas de mi canto
Son de tristeza
y llanto,
Son volátiles
ensueños
De bailarines
bohemios.
La piel del triste llanto
De mi canto
vagabundo
Camina sin pies ni
mundo
Caminando a
ningún lado.
Buscando rosas de cristal
Arrojo mi canto
al viento,
Para que cante
con el tiempo
La brevedad de
mi ser mortal.
domingo, 7 de abril de 2013
CANTO TENUE
por Pedro Luna M.
Baila suave la nota tenue
Baila suave la nota tenue
Que siempre
denota dolor,
Baila y toca su
llanto breve
De sueños rotos
y mal de amor.
Rompe siempre
las blancas hojas
Con ronco acento
encantador,
Triste llanto
lastimero,
Banal cuento
lisonjero;
Pobre y tonto
adulador.
Sube y ronca el
breve acento
Que concluye su
mal cuento,
Lamentando su
dolor;
Calla y baja
adolorido
Su horrendo
rostro perdido
De quimeras y
temor.
Muere lento la nota tenue
Que siempre
denota dolor,
Baila y toca su
llanto breve
De sueños rotos
y mal de amor.
miércoles, 3 de abril de 2013
CARICATURAS DEL EGO
por Pedro Luna M.
Mi vida es un
poema amargo.
Mis canciones
viejas,
Recuerdos de
carne y trapo.
Mis poemas,
Papel de tiempo
congelado,
Puñaladas de
hielo.
Mis alaridos, breves,
Fugaces e
inciertos.
Cancionero
desesperado,
Caricaturas de
mi ego,
Cantor que canta
a la tristeza
Melancólicamente
ciego;
Canciones de
vida y muerte
De negro cantar
pasajero.
Canciones de melancolía:
Caricaturas de mi ego.
Caricaturas de mi ego.
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